A Vivi
“.. y entonces lloré una pena vieja”
En un rectángulo verde
que pisan rugbiers criados a acetato y anabólicos
una mujer húmeda llora
exuda
lágrima
moco
flujo
agua viva de sí.
La vida no se le escurre.
Está en las enamoradas del muro
esa tarde.
Y en ella.
No está
en el cubo de su oficio
ni en las pérgolas de las directoras.
Una mujer
tres edades de la vida
posada ante la luz de las pinturas
revuelta entre los siglos y el desmadre habitual.
Llora.
Porque sabe
llora.
Verde y vegetal
su pena vieja y viva.
Un jardinero pasa
buenas tardes, señora.
Señora
piensa ella.
Señora.
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