Se pierde en los pliegues
de la mujer
su copa clara
es
sólo
allí
en una isla de niebla
duerme entre sus piernas.
Ella canta a los árboles altos
y los viajeros se atan a los mástiles
se hunden en el MP3
le mece el pelo donde se desovilla
y al fin descansa
en su dulce extravío de almendras silenciosas.
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