jueves, 25 de enero de 2007

BOTELLAS AL MAR (cartas rescatadas y secadas al sol, u olvidadas por empresas telepostales)

* Desde el naufragio:
Querido Glauco:
desdeño la obviedad de enviarte mensajes en una botella no porque lo juzgue mundano sino simplemente porque no he encontrado siquiera una en esta isla de sal. Es por eso que opté por el correo, porque sí hay oficina postal, atendida por otro náufrago, uno de los pocos que habitamos este lugar. Mis días son sumamente apacibles. Sólo un detalle mínimo: no estás.
Siempre tuya, Frinfra.
(Nota de la edición: esta carta fue efectivamente hallada en una botella, aunque su texto diga lo contrario)
* La espera. Breve descripción del tapado paquidermo:
Mi querido Fraga:
Desde hace tres días espero noticias tuyas y nada recibo. No puedo vivir sin tus camelias de plástico, sin la furiosa humedad con que tus ojos me miran. Además me he impuesto por los diarios de que el paro de Aerolíneas ya se solucionó. A veces pienso que articulas excusas, que no soy sino una hoja que sólo por minutos besó el frío de tu ventana. Espero un mailito, una cosa de nada y, por supuesto, que me consigas el sombrero de fino paño lenci que te he pedido.
Dafne.
P.D.: el sombrero puede sustituirse por un tapado paquidermo, es decir con las solapas como verdaderas orejas; en lugar de bolsillos, los ojos del elefante en satén blanco y la trompa que nace del segundo botón.
*Clara visita asiduamente el artesanato:
Jano: el domingo compraré un mate peludo, de esos que rematan en una pezuña, para tener al menos con quien discutir. Clara.

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