Pudo ser de noche para siempre
en su desmayo sin pausa
Nada había
Sino una silueta negra y vacía
Quería entonces que una santa
la cubriera de velos
le diera un día claro y silencioso.
Después del viaje por las mareas cálidas
la niña nívea la despierta
le dice que un helado ángel azul ha caído
sobre el campo lejano.
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