"A Anne, mi mujer, sin cuyo silencio
este libro nunca se hubiera escrito."
Philip K. Dick, El hombre en el castillo.
él cueva de sí Hermes
ella su austeridad de pinos
oscuro vestido para no distraerlo
el agua casi hierve en la pava de hierro
ella le sirve un té
uno solo eterno
en la idéntica taza
y saben a él todos los rincones de la casa oscura
(aún más oscura que el vestido de ella)
oscura óscula donde besos había
ahora palabras ruedan por el cuarto
espera la ronda de besos huida
silencio
buenas noches, herida
y le roza la frente
piensa ella mañana
mañana tal vez
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