lunes, 4 de junio de 2007

HORMIGAS

Hormigas I

Pude verlo
a través del ojo de buey.
Olor a ácido fórmico
emanaba de los objetos.
Nube rojiza de insectos silenciosos
más profusa en horas de la tarde
(un sobrevuelo que
mucho después
interpreté como un presagio).

Avanzó hasta la proa.
Se internó en el agua.

Dejó atrás tres estelas breves.

El lodo lo cubrió hasta las rodillas
permaneció
inmóvil
ante la antigüedad del río.

El día siguiente tuve fiebre.

Es tarde, dijeron.
Esperaban dos tías y un mantel a cuadros.
Regresé.
Tomé el té rápidamente.
En la ducha
el agua olía a ácido fórmico.

Hormigas II

Inclinaba apenas la cabeza hacia la izquierda
buscando la parte de la hoja oculta.
Una mujer
de peinado abovedado
revisaba por octava vez el contenido de su cartera.
Otra
con dos niños demasiado abrigados.
El resto de los pasajeros
una presión intermitente sobre el cuerpo.

Al día siguiente, el tren se retrasó siete minutos.

No hay comentarios: